
Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina” (Tito 2:1)
“Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús” (2 Timoteo 1:13)
La Biblia dice:
Vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. (2 Timoteo 4:3,4)
Una paráfrasis de ese versículo dice: “Llegará el tiempo en que la gente no soportará la sana enseñanza, más bien, según sus propios caprichos se buscarán un montón de maestros que les prediquen y enseñen los que ellos quieren oír. Darán la espalda a la verdad y harán caso a toda clase de cuentos fabulosos”
Dios anticipaba un estado de corazón en los que oyen la verdad, que podemos decir sin temor a dudas, es el que estamos viviendo.
A pesar de que la predicación de la Palabra de Dios avanza, y hay conversiones genuinas a Dios en todo lugar; no podemos negar que así como la Palabra de Dios corre, así también avanzan las sectas que con sus falsas enseñanzas embaucan a las personas; predicando lo que las personas quieren oír.
Luego, es triste ver a supuestos cristianos no tener deseos de conocer la verdad y crecer en ella. Obviamente, esa clase de “convertidos” no desean saber si lo que le han enseñado es conforme a las Escrituras o no. Simplemente creen lo que quieren creer y cierran los ojos para no ver otra cosa.
Pensamientos para reflexionar