“Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca” (Salmo 34:1)
La palabra BENDECIR del latín benedicere: < Hablar bien de algo o alguien> tiene varias acepciones en el diccionario y en el uso bíblico.
En el sentido bíblico, bendecir se usa tanto de parte de Dios hacia el hombre como de parte del hombre hacia Dios. “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual…” (Efesios 1:3)
Nosotros, bendecimos a Dios, en el sentido de alabarlo mostrándole satisfacción, agradecimiento, adoración…
Y Dios, nos bendice, en el sentido de concedernos favores y bienes, tal lo encontramos en el versículo de Efesios 1:3
La Biblia dice, en el sentido de conceder favores, “sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor” (Hebreos 7:7)
Ningún líder religioso puede atribuirse el derecho de bendecir a otros hombres, tal como Dios lo hace con nosotros.
Al comer, damos gracias por los “alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias” (1 Timoteo 4:3-4) A esta acción de gracias, muchos la llaman bendecir los alimentos. En realidad, bendecimos a Dios por los alimentos, no a los alimentos; y los tomamos como aquello que Dios ha apartado para nosotros (1 Timoteo 4:5)
Pensamientos para reflexionar