BALAAM, EL PROFETA ASTUTO

 “Velad debidamente, y no pequéis…” (1 Corintios 15:34)


La Biblia  cuenta como  Balac, rey de Moab,  intentó comprar al profeta  Balaam para que maldijera al pueblo de Dios. “Entonces dijo Dios a Balaam: No vayas con ellos, ni maldigas al pueblo, porque bendito es” (Números 22:12)

Aquí vemos, como Dios cuida a los suyos y siempre permanece fiel.

También la Biblia dice como Balaam, al no poder maldecir al pueblo de Dios directamente, le enseñó a Balac “a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación” (Apocalipsis 2:14) para que el pueblo cayera solo en pecado y perdiera sus bendiciones.

Dijo: “Mira, el pueblo de Dios no puede ser maldecido, pero si quieres cortarles las bendiciones tiéntalos  por el lado de la carne. Ofrécele mujeres extranjeras, inclina sus corazones a otras cosas…”  Y eso, dio resultado.

Actualmente, los creyentes, también  debemos tener cuidado.  Satanás no puede maldecirnos ni dañarnos directamente, porque Dios lo impide, pero, intentará hacer que perdamos nuestra comunión con Dios apelando a nuestra carne.

No utilizará quizás “mujeres extranjeras” como en el caso de Israel, sino, cosas más sutiles, como el orgullo, la susceptibilidad, o cualquier otra manifestación de la carne, para que pequemos y quedemos bajo las consecuencias del pecado.

Por lo tanto, ¡cuidado! “Andad  en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne” (Gálatas 5:26)


Pensamientos para reflexionar

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