Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo… para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. (Efesios 3:14, 17-19)
El apóstol Pablo oraba para que los efesios fueran capaces de comprender con todos los santos, lo que es la gracia de Dios y las bendiciones que tenemos en Cristo. Y ¡Cuán importante es que pensemos en ello!
Hay muchas formas en la que podemos pensar en esto, pero al pensar por ejemplo en LA ANCHURA, Podemos ver lo abarcativo que ha sido el amor de Dios. Sabemos que Dios amó a su pueblo Israel, y cumplió con ellos, pero no se limitó a Israel, ni hizo acepción de personas, sino que abarcó a todos aquellos que abrieron su corazón. (Hechos 10:34)
LA LONGITUD: Desde la eternidad y hasta la eternidad la gracia de Dios tuvo presente al hombre. Y como dice el profeta: Proveyó un salvador hasta lo postrero de la tierra (Isaías 49:6)
LA PROFUNDIDAD: A causa del pecado, la humanidad descendió hasta las más profundas miserias y profundidades de Satanás, y, sin embargo, hasta allí bajó Cristo para salvar a los pecadores, no limitando su gracia a nadie
LA ALTURA: “Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos (Isaías 55:9) Así vemos como la gracia de Dios levanta al pecador y lo saca de lo más bajo para elevarlo a lo sumo, a los lugares celestiales en Cristo Jesús (Efesios 2:6)
Pensamientos para reflexionar