
“Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios” (Santiago 2:23)
No hay nada más bello y más necesario que la amistad.
Los momentos críticos de la vida, son llevados de otra manera cuando uno tiene a aquellas personas que lo comprenden y escuchan. Los momentos más bellos son verdaderamente así, cuando los disfrutamos con otros.
La amistad es algo maravilloso. Es una gran bendición de Dios.
Muchas veces, como amigos nos sentimos en deuda. Sentimos que le fallamos a nuestros seres amados, y esto sucede, cuando nos concientizamos de nuestras limitaciones: No pudimos estar en todos los lados que hubiéramos deseado. Ocupados en lo que nos apremiaba, no supimos ver la necesidad de quienes nos requerían cerca en determinados momentos, a los cuales, tan sólo con nuestra presencia les hubiéramos hecho bien.
Así somos los seres humanos, por eso la Biblia nos presenta al verdadero amigo. Se llama Jesús y es nuestro Salvador
En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia…Amigo, que es más unido que un hermano. (Proverbios 17:17 18:24) El amigo que manifestó el verdadero amor, porque “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Juan 15:13)
Él, está siempre a nuestro lado, lo conoce todo y tiene todo el poder en la tierra y en el cielo (Mateo 28:18)
Quienes lo recibimos como nuestro Salvador lo reconocemos como nuestro mejor amigo.
Pensamientos para reflexionar