“Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará” (Hebreos 10:37)
“Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida” (2 Timoteo 6-8)
La Biblia habla de una corona reservada para aquellos que esperan al Señor Jesús de una manera especial: “los que aman su venida” ¿Cómo debemos interpretar eso? ¿No todos los creyentes esperan al Señor? ¿Qué significa la corona?
Dios nos enseña que los creyentes recibiremos galardones, a esos galardones los llama: “coronas”, porque todos sabemos que una corona es algo que no todos logran, sino aquellos que han vencido.
Todos los creyentes esperan al Señor, porque saben que él ha prometido regresar para llevarnos consigo, pero no todos viven pensando en eso constantemente, sino que lamentablemente muchas veces se adormecen en las comodidades y ocupaciones de esta vida. También hay creyentes que esperan su venida, pero para ser liberados de una vida que les es pesada. Pero, también, están aquellos que aman su venida porque esperan estar con su Señor a quien sirven y aman con todo su corazón.
Hay distintos sentimientos en el corazón de los que esperan. Un niño que se ha portado mal y al cual su madre le ha dicho que ya vería cuando regrese su padre, estará expectante de la venida de su papá, pero de una manera distinta, a otro niño, que habiendo cumplido con todo lo que el padre le pidió, está esperando que su padre llegue para decírselo. El primero de los niños, espera, pero no ama esa venida, el segundo sí.
Pensamientos para reflexionar