
“Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; Y por ello te vendrá bien… Si te volvieres al Omnipotente, serás edificado; alejarás de tu tienda la aflicción” (Job 22:21 y 23)
“Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo” (Salmo 119:165)
Todos reconocemos que la sociedad actual, es una sociedad sufriente e insatisfecha. Los seres humanos sufren y anhelan algo mejor, pero no lo consiguen porque lo buscan mal.
Ese estado de insatisfacción es una prueba fehaciente de la necesidad que tiene el hombre de Dios. Los seres humanos necesitan estar en paz con Dios para poder tener paz interior. Estar en armonía con Dios para poder armonizar con sus semejantes.
Quien, trabajado por el Espíritu de Dios, ve su condición de pecador y se siente perdido, pero abre su corazón y recibe a Cristo como Salvador, pasa de un estado de muerte espiritual a la vida eterna y a partir de allí todo cambia. Con Cristo, todo es distinto. Viviendo en su comunión, vemos las cosas de otra manera, cambiamos y muchos de nuestros problemas existenciales desaparecen. Andando en la luz, ya no estamos condenados a tropezar con las mismas piedras de siempre, porque Dios nos enseña el camino que debemos seguir, el de sus propósitos, “caminos que son caminos deleitosos, Y todas sus veredas paz” (Proverbios 3:17) Donde detrás de cada paso dado en obediencia se cosecha una bendición.
Recordemos siempre que la humanidad sufre, porque se sufre tremendamente cuando se vive lejos de Dios, de una manera contraria a la idea original de nuestro creador y fuera de los propósitos que Dios tiene para con cada una de sus criaturas.
Pensamientos para reflexionar