
“Generación va, y generación viene; más la tierra siempre permanece” (Eclesiastés 1:4)
“El Seol, la matriz estéril, La tierra que no se sacia de aguas, Y el fuego que jamás dice: ¡Basta!” (Proverbios 30:16)
El escritor argentino Jorge L. Borges solía decir que, para dormirse, en lugar de contar ovejitas, contaba sus muertos… Refiriéndose a que repasaba cuanta gente que había conocido que ya no estaba con vida sobre la tierra. Y cuando una persona mayor hace este recuento, el resultado es sorprendente.
¡Cuántas personas que marcaron nuestra vida, que fueron ejemplos, que compartieron cosas con nosotros y estuvieron en nuestros distintos círculos de pertenencia ya no están vivos! ¡Cuántos personas que empezaron el año actual llenos de sueños se han ido! Así es la vida” El Seol nunca dice basta” (Proverbios 30:16) y de esta realidad no se escapa, solo hay que estar preparado para ese momento.
Ante este tema, la gente imagina muchas cosas para consolarse, y se afirma en esos pensamientos cuando encuentra a otros que imaginan cosas similares, o dicen que han hecho experiencias paranormales etc. Sin embargo, para los cristianos, la verdad nos está revelada en la Biblia, donde se nos enseña que, al morir, el cuerpo vuelve a la tierra y el espíritu vuelve a Dios (Eclesiastés 12:7) Y que aquellos que han creído en Jesucristo como su salvador, son consolados en su presencia, y que los otros son alejados de esa presencia gloriosa quedando a la espera del día del juicio.
Por eso, para ser de los bienaventurados, debes creer hoy en Jesucristo como tu único y suficiente salvador.
Pensamientos para reflexionar