
¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo? (Miqueas 6:6)
“Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Juan 4:24)
Existen muchas religiones, sin embargo, podríamos resumirlas en dos.
Hay dos principios totalmente opuestos que manifiestan las religiones. Estos principios son: Los que se basan en lo que el hombre hace para Dios y los que están basados en lo que Dios ha hecho por el hombre.
Desde el principio de la humanidad se ven claramente estos dos principios.
“Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya” (Génesis 4:3-5)
Caín se esforzó. Trajo el fruto de su trabajo, su buen obrar para Dios; pero el buen obrar de los hombres no alcanza.
Abel, presenta una ofrenda de algo provisto por Dios. Como dijo David. (2 Crónicas 29:14) y que dio su vida. Esa ofrenda, hablaba al corazón de Dios de lo que haría su Hijo.
Las religiones se dividen en dos. Las que en principio, como Caín, ofrecen a Dios lo mejor de sus esfuerzos, o, las que como Abel, se presentan ante Dios con el valor de la ofrenda de una víctima, lo cual satisface el corazón de Dios, pues eso manifiesta lo que es el plan maravilloso de salvación en Cristo Jesús.
Pensamientos para reflexionar
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